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CÓMO ORGANIZAR LA NEVERA Y LA DESPENSA.

  • Foto del escritor: Ana Ramirez
    Ana Ramirez
  • 28 ago 2020
  • 4 Min. de lectura

1-Debemos tener una concienciación del buen consumo de la comida, para intentar desperdiciar el mínimo posible, e intentar que el consumo de estos alimentos sea el más saludable posible.

2-Para ello, tener claras una serie de pautas a la hora de hacer la compra, establecer una lista con lo que vayamos a necesitar para el resto de la semana o evitar comprar alimentos por simple antojo, puede ser de gran ayuda. Pero, una vez hecha la compra, la forma en la que disponemos los productos y alimentos en la nevera y la despensa puede ser crucial para evitar el derroche. Y no solo eso, sino que una buena organización influye de forma positiva en llevar una dieta equilibrada, mantener el sabor de los alimentos por más tiempo, ahorrar dinero e, incluso, ayudarnos a perder peso.


3-Ahora vamos a ver el tercer punto:

Cómo organizar la nevera y la despensa.

Pero antes de organizar tu nevera haz una limpieza general del electrodoméstico, así que desenchufa y comienza a dejarlo como una patena. Al sacar todos los alimentos que tienes en la nevera mira bien la fecha de caducidad y aprovecha para retirar aquello que está caducado o pasado, puedes usar algunos alimentos que no se pueden consumir para hacer compost.

Organización.

Este es otro de los factores más influyentes en la conservación de alimentos y aprovechamiento de todos los productos frescos para fomentar la alimentación saludable.

La organización consiste en que lo primero que metamos en la nevera sea lo primero en salir, para evitar que los alimentos se pongan en mal estado o caduquen. Así, reduciremos el desperdicio alimentario.

Ponemos cerca de la puerta de la nevera lo primero que tenga fecha de caducidad o de consumo preferente más próxima. Y poner atrás lo último que vayamos comprando.

Es la técnica que siguen los supermercados a la hora de ordenar sus productos.

Ahora veremos trucos sobre almacenamiento, orden y disposición de alimentos y envases en la nevera para su mejor conservación, de forma que aprovechemos mejor la comida y la consumamos en su mejor estado:

• Evitar guardar los paquetes o las latas abiertos, ya que pueden oxidarse y contaminarse. Para evitarlo debemos utilizar los tuppers de cristal. Es muy importante almacenar los alimentos en envases herméticos.

• Los tuppers de cristal también son el recipiente idóneo para las sobras de comida, mucho mejor que los platos envueltos con papel de aluminio.

• En cuanto a ubicación en la nevera, lo más recomendable es situar los tuppers de comida preparada en las baldas superiores y las materias primas en la parte inferior.

• Los productos frescos que no se vayan a consumir en los próximos días deben congelarse en bolsas cerradas herméticamente. Es mejor congelarlo directamente que dejarlo varios días en la nevera y luego proceder a congelarlo, para así aprovechar toda su calidad organoléptica y nutricional.

Los alimentos cocidos o vegetales blanqueados deben enfriarse y secarse antes de guardar en una bolsa o recipiente tapado, de manera que el agua no condense y acelere la descomposición del producto.

Las frutas y hortalizas mejor conservarlas en piezas enteras, con su piel, pues cuando se guardan en trozos pierden más rápido sus nutrientes y demás propiedades a causa de la oxidación.

• En los cajones de las verduras guarda tus vegetales como frutas y verduras sin plásticos y sin cartones para no tener problemas de humedad y moho.


Alimentos que deben estar fuera de la nevera

Aunque es muy común caer en la tentación de meter todos los alimentos frescos en la nevera, realmente hay ingredientes que al hacerlo pierden sabor o textura y es mejor mantenerlos fuera en un cesto especial o un carrito en la cocina.

Evita meter en el frigorífico los tomates, las patatas, las cebollas, los ajos, los plátanos y los calabacines para que no se alteren y puedas consumirlos aprovechando todas sus propiedades.


Cada alimento en su lugar


Puerta. Es la zona menos fría y por tanto el lugar ideal para los huevos, las salsas, las mantequillas y mermeladas, y las bebidas como agua, zumo, leche y vinos.

Parte superior. Es el lugar de los productos listos para consumo como pastas frescas, masas refrigeradas, embutidos… En esta zona van también los tarros ya abiertos y los que no requieran temperaturas muy bajas (tomate frito, nata…). Recuerda que una vez abiertos deben consumirse entre los 3 y 7 días siguientes. También es el lugar para las semiconservas (anchoas en aceite, patés, ahumados…), es decir, productos que no están esterilizados como las conservas y necesitan frío.

Zona media. Aquí pondremos los lácteos (quesos, leche, yogures…) que no necesitan tanto frío, así como productos con el paquete abierto, conservas o las sobras que tengamos de otros días. Recuerda que si metes comida ya hecha, debes esperar a que se enfríe. Nunca la metas en la nevera caliente.

Zona baja. Es el lugar de la nevera destinado a las carnes y los pescados pues son los productos más perecederos y deben colocarse en la zona más fría de la nevera. Algunas neveras disponen de un espacio especial con puerta de modo que permanecen protegidos cuando se abre y cierra la nevera, aunque no todas lo tienen. Lo adecuado es que los guardes en bolsas herméticamente cerradas o en tarros de cristal (los de plástico pueden alterar el sabor de los alimentos) para evitar que si sueltan líquido estos se derramen por toda la nevera. Nunca los conserves más de 2 días sin cocinar.

Cajones. Guarda en ellos las verduras de todo tipo y las frutas que requieran refrigeración (no conviene que metas patatas, tomates, ni cebollas). Siempre sin bolsas de plástico, redecillas o cartones, pues necesitan 'respirar'. Ten en cuenta que no les convienen las bajas temperaturas tanto como a la carne y el pescado, pues pueden llegar a deteriorarse (este tipo de alimentos de hoja verde se pueden quemar fácilmente con el frío). Los cajones suelen estar encima de la zona de la carne y el pescado.

Congelador. Debe estar a una temperatura de -18ºC. Cuando congeles algo no te olvides de etiquetarlo todo con la fecha. Conviene revisar cada cierto tiempo lo que tienes para comprobar la fechas de caducidad. Tira lo que ha caducado y pon arriba lo que está a punto.


AHORA TE TOCA COMPROBAR COMO ESTA LA TUYA

 
 
 

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