COMES DE FORMA SALUDABLE Y TE CUESTA BAJAR DE PESO
- Ana Ramirez
- 27 abr 2020
- 5 Min. de lectura
Muchas veces mis clientes me dicen es que como muy saludable y, aún así me cuesta perder peso.
Pese a que la mayoría de nosotros sabemos que si se desea perder peso es necesario erradicar de la dieta alimentos como la bollería industrial, los refrescos azucarados o las carnes procesadas, todavía existe mucha desinformación acerca de algunos alimentos que, pese a ser saludables, tienen muchas calorías, y que por tanto conviene consumir con moderación.
Por suerte, parece haber calado entre la población la idea de que se debe evitar la bollería ya no solo para no ganar peso, sino para mantener un buen estado de salud, aunque muchos de nosotros no tenemos claro qué ocurre con algunos alimentos muy calóricos pero también muy sanos, como los frutos secos, el aceite de oliva o el aguacate.
Un error habitual entre la población que quiere perder peso es que se preparan,
una ensalada, a la que añaden una buena cantidad de aguacate y aceite de oliva, además de nueces, huevo, atún e incluso un poco de quinoa, arroz o pasta.
¿Es saludable? Sí, pero puede llegar fácilmente a las 1.500 calorías, que es prácticamente lo que deberíamos comer en todo un día cuando queremos adelgazar.
Debemos tener claro que hay algunos alimentos muy saludables que debemos tomar con cierta moderación, y que un abuso nos puede hacer ganar peso sin darnos cuenta.
Otros, sin embargo, debemos eliminarlos por completo, ya que aportan calorías y prácticamente ningún nutriente interesante, aunque como siempre digo las excepciones son necesarias emocionalmente.
Pese a que la mayoría de nosotros solemos tener claro que se debe evitar, todavía existe cierta confusión al respecto.
Hay quien cree que un cruasán de panadería es saludable y uno de supermercado no, o que los cereales de desayuno, especialmente los dedicados a la infancia, son un desayuno completo y sano.
Todo ello es falso. “Los únicos dulces permitidos son los caseros, siempre que se elaboren con ingredientes saludables, como dátiles en lugar de azúcar y sin abusar de las harinas refinadas
Una pieza de repostería casera, incluso si lleva algo de azúcar, sí que podría formar parte de una dieta saludable siempre que se consuma con mucha moderación.
Un bizcocho casero, o una magdalena pequeñita con poco azúcar, así como una porción de pan con chocolate, pueden constituir ese homenaje que nos regalemos una vez a la semana .
En cuanto al chocolate, conviene evitar siempre aquellos que contienen menos de un 85% de cacao, ya que llevan una gran cantidad de azúcar y, en cualquier caso, debe tomarse siempre con moderación.
Un abuso de carne roja puede dar lugar a un aumento de las grasas LDL y, por tanto, a un incremento de la grasa abdominal pese a que estemos intentando perder peso.
Os invito a basar la dieta en el consumo de frutas, verduras y hortalizas, además de legumbres, eliminando los carbohidratos refinados, el alcohol y limitando mucho el consumo de carne, sin necesidad de contar calorías ni prestar excesiva atención a los nutrientes.
Deberíamos limitar al máximo el consumo de carne roja y, por supuesto fiambres y carnes procesadas.
El alcohol contiene lo que conocemos como calorías vacías, es decir que aporta calorías y ningún nutriente.
Tenemos muy poca conciencia en unos buenos hábitos de vida y creemos que se debe comer de todo con moderación, incluido el alcohol. “Es falso”, Hay alimentos que no deberían consumirse nunca, ya que no solo no aportan beneficios, sino que su consumo puede ser perjudicial.
El paradigma de esta creencia errónea lo encontramos, probablemente, en el alcohol, me enfrento a diario con la idea de que dos copitas al día pueden ser incluso beneficiosas para la salud, algo que no solo es falso: es una auténtica barbaridad, el alcohol es un tóxico y como tal habría que eliminarlo por completo de la dieta, por no hablar del hecho de que aporta una serie de calorías que tomamos sin apenas darnos cuenta y que no nos sacia.
Tanto pizzas como lasañas y otros alimentos de la sección de congelados y precocinados suelen ser bombas calóricas en las que apenas reparamos. Siempre será mejor preparar una lasaña o pizza casera (dos platos que, además de ser sencillos de hacer, pueden congelarse sin problemas) que optar por su versión
Además de gran cantidad de aditivos, estos productos, que se consideran ultraprocesados, suelen llevar grasas añadidas que suponen un extra de calorías en la dieta y mucho daño a tu salud
El queso puede llegar a ser tan adictivo como determinadas drogas, el alcohol y el tabaco. La responsable es la caseína, una proteína presente en todos los productos lácteos, pero especialmente en el queso, que libera caso morfina en el cuerpo humano, la cual genera una agradable sensación de bienestar y puede crear adicción. Esto significa, pues, que a los amantes del queso les suele costar consumirlo en cantidades moderadas, lo que puede provocar dificultades a la hora de perder peso a pesar de que se siga una dieta saludable,
lo sabíais??
Los quesos curados son especialmente grasos y, recomiendo tomarlos moderadamente y optar preferiblemente por quesos frescos o semicurados. En general el queso lleva una gran cantidad de sal, lo que puede provocar que retengamos líquidos y nos sintamos más pesados, de manera que una buena idea es optar por quesos bajos en sal, e insisto en que nunca debemos tomarlos light, los productos light son un engaño.
Croquetas, patatas, libritos, escalopes, Empanadillas y postres como buñuelos y torrijas deberían tomarse con muchísima moderación si nuestro deseo es perder peso. Hay que escoger siempre la versión hervida, al horno, a la plancha o al vapor, nuestros clientes disfrutan de recetas buenísimas con estas técnicas de cocción que no tienen nada que envidiar a una buena fritura.
En el caso de comer fritos, lo mejor es hacerlo con sentido común: si planeamos tomar un par de croquetas, lo mejor será acompañarlas de ensalada y una pieza de fruta y, no apostar por unas patatas fritas y un postre contundente
Nada peor para perder peso que llenar la nevera de productos light, ya sean quesos, yogures, mantequilla, postres lácteos o cualquier otro alimento. Es muy sencillo: los productos light no sacian, no tienen nutrientes y te acaban pidiendo más comida.
Si tenemos hambre entre comidas, lo mejor que podemos hacer en lugar de recurrir, pongamos por caso, a un yogur light, es optar por “morder una manzana o una zanahoria, ya que ese crunch contribuirá a calmar nuestra ansiedad, u optar por un plátano, unos higos secos o un bol de yogur con copos de avena, que nos saciarán y nos permitirán llegar sin excesiva hambre a la siguiente comida.
La bebida de elección ha de ser el agua. Los refrescos azucarados, muy habituales en el día a día de muchas personas, deben erradicarse por completo de la dieta, pues contienen grandísimas cantidades de azúcar.
La versión light o Zero tampoco es recomendable, porque aunque no contengan azúcar nos vinculan al sabor dulce, cuando el mejor favor que podemos hacer a nuestro paladar si queremos perder peso y estar saludables es acostumbrarlo a los sabores originales de los alimentos, sin necesidad ni de salarlos ni de edulcorarlos
Parece que todo esto es muy costoso pero, siempre os digo que es como aprender a conducir, poquito a poco llegas a ir en modo automático, sin prisa pero sin pausa
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